sábado, 12 de enero de 2013

Desenamorarte.

¿Cuánto se tarda en olvidar a la que has reído, has amado, has sonreído y le has aportado lo más valioso de tu vida: tu corazón? Una sensación de agonía que se apodera de tu cuerpo cuando te falta que tan siquiera te has dado cuenta que tenías, una pequeña esperanza dentro de tu corazón pensando que volverá por ti, que volverá porque te ama pero tu mente te fuerza a mostrarte la verdad, a mostrarte la cruda verdad: que no volverá a por ti, que se ha ido para siempre. Y entonces, es cuando comienzas a recordar cuánto te hacía reír, cómo eran sus acciones junto a ti, cómo te hacía sentir cada momento que estabas junto a él. No se sabe el sentimiento que se tiene hasta que sientes que puedes perderle y cuando le pierdes, te culpas a ti misma de cosas que no has hecho, de acciones que no deberías haber realizado o de las que sí deberías haber hecho. Ese silencio que te atormentaba por las noches, ese miedo a confensarle que le amabas y que no te importaba nada más que él y que se marchara y después de pensar que con tu silencio perduraría y que se quedaría a tu lado hasta que te das cuenta que te has equivocado y es demasiado tarde para decirle lo que sientes o lo que alguna vez habías sentido.

Te quedas con ese vacío de llorar en silencio, llorar para que no te vea nadie, salir corriendo de tus sentimientos para no mostrárselos a nadie. Una máscara falsa que te pones cada día al levantarte de tu cama, pensando en él y aquella que te quitas para acostarte recordando cómo te hacía sentir. ¿Así es como se vive? ¿Así es perder a la persona que amas? Tu corazón roto en pedazos sin que nadie pueda recogerlos. Lo único que puede llegar a distraerte es una ficción. Te refugias en libros, en series, pensando que ojalá fueras la protagonista y así te sentirías tan afortunada. Luego, cuando dejas tu libro sobre la mesita de noche y apagas la luz miras al techo y piensas que no te pasará nunca nada de eso porque no estás hecho para ello y vuelves a culparte y a castigarte, a tener el corazón encogido. Cuán eterno debe de hacerse el sufrimiento mientras él no está y el sentimiento que tenías hacia él cuando estaba a tu lado permanece ahí sin que su ausencia pueda ayudarte a superarlo y que tu corazón niegue todo lo que tu mente.

Pensar que te has enamorado de un fantasma y que tus formas de olvidarte vayan en vano. Deshacerte de todo lo que provino de él, de todo lo que te pertenecía. De sus cartas, de sus fotos... pero que aunque te deshagas de todo lo físico, en tu interior siguen estando los recuerdos y los sentimientos que por él algún día sentiste y que aún no se han desvanecido. Desenamorarte de una persona con la que has compartido tanto no es fácil, no es nada fácil y si te resulta fácil es que nunca ha sido amor verdadero. Mi primer amor verdadero se ha ido y me ha dejado olvidada en un lado pequeño de su vida. Alguna vez sí que le importé, eso sí que lo sé, fui muchas veces una gran amiga para él y que siempre estuvo apoyándole incluso en los momentos que sus amigos no lo hacían. Sé que le importé y que alguna vez llegó a sentir algo entre nosotros. Pero ahora todo ha cambiado. Él no está y yo tengo que vivir sin él y aún no sé cómo hacerlo.